“’84, Charing Cross Road’ nos seduce y nos hace sintonizar
con la humanidad… nos proporciona un bálsamo para el espíritu, y una protección
contra las crispaciones de la vida contemporánea”
(The New York Times)
Helene Marjorie Hanff nacía el 15 de abril de 1916 en
Filadelfia (Pensilvania) y en el seno de una familia recién inmigrada y con
pocos recursos. Su padre trabajaba como camisero y cambiaba semanalmente
algunas prendas por localidades de diferentes espectáculos, lo que le permitió
a Helene acudir con regularidad al teatro.
Así que, con veinte años, Helene empezaba a escribir sus
propias obras teatrales, trasladándose más adelante a vivir a Nueva York, a un
apartamento en la planta baja sin calefacción, donde sobrevivía escribiendo guiones
para la televisión, libros infantiles y ensayos históricos y políticos.
A finales de los años 40, comenzaba a adquirir por su cuenta
una auténtica cultura literaria clásica, descubriendo por aquel entonces un
anuncio de la librería londinense Marks & Co., ubicada en el 84 de Charing Cross Road, y escribiéndoles el 5 de
octubre de 1949 su primera carta con su primer pedido:
“Señores:
Su anuncio publicado en la Saturday Review of Literature
dice que están ustedes especializados en libros agotados (...) Digamos que soy
una escritora pobre amante de los libros antiguos y que los que deseo son
imposibles de encontrar aquí salvo en ediciones raras y carísimas...”
Primera carta que encontró una correcta respuesta a través
de Frank Doel, empleado de la citada librería:
“Distinguida señora...
En respuesta a su carta del 5 de octubre, me complace
decirle que hemos conseguido satisfacer las dos terceras partes del problema
(...) ¿Podrían ser de su gusto?...”
Se iniciaba así entre ambos una cada vez más entrañable conversación que se alargaría durando dos décadas…
Se iniciaba así entre ambos una cada vez más entrañable conversación que se alargaría durando dos décadas…
“¿Para qué voy a
bajar hasta la calle 17 a comprar libros sucios y estropeados cuando puedo
conseguirlos de ustedes limpios y hermosos sin tener que alejarme de mi máquina
de escribir?”
En 1969, Helene se planteaba la posibilidad de publicar dicha
correspondencia. Al ser las cartas demasiado largas para aparecer en cualquier revista,
un amigo de Helene decidió presentárselas a un editor, quien se interesó de
inmediato en publicarlas como libro.
Un gran éxito editorial y de gran acogida por parte de los
lectores.
“Un libro único, conmovedor, sorprendente, un tesoro”
(San Francisco Examiner)
Muy tristemente, Helene Hanff nos dejaba, a la edad de 80
años, el 9 de abril de 1997. Pero antes, la escritora pudo disfrutar merecidamente
del éxito de su libro a través de una adaptación televisiva en 1975, una
adaptación teatral en 1981…
… y una adaptación cinematográfica en 1987 la cual,
interpretada por dos maravillosos Anne Bancroft y Anthony Hopkins, recibía aquí
en España el título de “La carta final”, según dicen, y con razón, la película sobre libros más bella
jamás filmada.
“Me encantan esos libros de segunda mano que se abren por
aquella página que su anterior propietario leía más a menudo”
El antiguo apartamento en Nueva York de Helene Hanff fue llamado más adelante Charing Cross House en su honor. En la entrada, una placa de bronce conmemora su residencia aquí y su autoría del libro.
El antiguo apartamento en Nueva York de Helene Hanff fue llamado más adelante Charing Cross House en su honor. En la entrada, una placa de bronce conmemora su residencia aquí y su autoría del libro.
También se puede ver una placa conmemorativa en el lugar
donde estuvo Marks & Co., esta maravillosa librería ubicada en el 84 de
Charing Cross Road.
“’84, Charing Cross Road’ es uno de esos libros de culto que
los amigos se prestan unos a otros y que transforman a sus lectores en otros tantos
miembros de una misma sociedad secreta”
(Newsweek)
2 comentarios:
Buen complemento, ahora creo que ya me lo sé todo..
Qué pensamiento tan original, no?, que se le ocurriera publicar sus cartas pensando en que pudiera interesar al público...
Gracias, Alicia. Bueno, pues ya sólo te queda leerte el libro. Ya ves si le interesó al público...
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