“Las
personas grandes nunca comprenden nada por sí solas, y es agotador para los
niños tener que darles siempre y siempre explicaciones”
Hoy
nos acercamos con muchísimo cariño y admiración al que es, sin duda alguna, mi libro
favorito…
…
“El Principito” (Le Petit Prince), una maravillosa historia creada en 1943 por
el escritor francés Antoine de Saint-Exupéry.
Nacido
en Lyon (Francia) el 29 de junio de 1900, Antoine de Saint-Exupéry cursaba
estudios en varios colegios de Francia y Suiza para, más adelante, ingresar en
una empresa aérea y obtener el título de piloto. Desempeñando arriesgadas
misiones de correo aéreo sufrió diversos accidentes, en cuyos períodos de
convalecencia escribió varias novelas, todas ellas fruto de su experiencia como
aviador.
Tras
participar en las dos guerras mundiales, Saint-Exupéry fallecía el 31 de julio
de 1944 al ser abatido su aeroplano por un caza alemán durante un vuelo militar
de reconocimiento frente a las costas de Provenza.
Le Petit Prince
En
la página inicial de “El Principito”, Saint-Exupéry escribía una
preciosa dedicatoria:
A LÉON WERTH
Pido
perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona grande. Tengo
una seria excusa: esta persona grande es el mejor amigo que tengo en el mundo.
Tengo otra excusa: esta persona grande puede comprender todo; hasta los libros
para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona grande vive en Francia, donde
tiene hambre y frío. Tiene verdadera necesidad de consuelo. Si todas estas
excusas no fueran suficientes, quiero dedicarle este libro al niño que esta
persona grande fue en otro tiempo. Todas las personas grandes han sido niños
antes. (Pero pocas lo recuerdan.) Corrijo, pues, mi dedicatoria:
A LÉON WERTH
CUANDO ERA NIÑO
Saint-Exupéry
y Léon Werth, escritor, periodista y crítico de arte francés, se conocieron en
1935 y pronto se convirtieron en grandes amigos.
“Los
adultos no conocen a sus semejantes más que por pequeños fragmentos mal unidos,
mal iluminados por una luz dudosa. Pero el niño los ve bajo una luz absoluta,
con la misma claridad que al Ogro o a la Bella Durmiente. Vive en un universo
de certidumbre. Saint-Exupéry poseía el arte de devolver a los seres humanos
esa certidumbre”
Durante
el verano y el otoño de 1942, en una casa alquilada en Northport, Long Island
(Nueva York), Antoine de Saint-Exupéry escribía “El Principito”…
“Cuando
yo tenía seis años vi una vez una lámina magnífica en un libro sobre el Bosque
Vírgen que se llamaba ‘Historias vividas’. Representaba una serpiente boa que
se tragaba a una fiera.
He aquí la copia del dibujo…”
Las
ilustraciones que aparecen en “El Principito” fueron dibujadas por el propio
Saint-Exupéry. En el manuscrito de este libro, la alternancia entre el lápiz y
la pluma y el uso de dos tipos de papel (uno muy delgado y otro más pesado)
confirman que la obra fue elaborada a lo largo del tiempo.
“Por
favor…, ¡dibújame un cordero!”
“Hace
ya seis años que mi amigo se fue con su cordero. Si intento describirle aquí es
para no olvidarlo. Es triste olvidar a un amigo. No todos han tenido un amigo”
“He
aquí el mejor retrato que, más tarde,
logré hacer de él”
“El
principito sobre el asteroide B 612”
Las
diferencias entre el manuscrito y el libro publicado van desde mínimas, como el
que el nombre del asteroide B 612 de donde venía el principito recibiera
anteriormente otras nomenclaturas, hasta importantes, como el que en el
manuscrito aparezcan párrafos y diálogos que el autor descartaría más tarde.
“Los
baobabs”
También
fueron considerablemente retocadas las ilustraciones, como los tres baobabs,
concebidos originalmente como un árbol único, o algunos de los personajes en
sus primeras descripciones.
“¿Sabes?...
Cuando uno está verdaderamente triste son agradables las puestas de sol…”
“Si
alguien ama a una flor de la que no existe más que un ejemplar entre los
millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a
las estrellas. Se dice: ‘Mi flor está allí, en alguna parte…’. Y si el cordero
come la flor, para él es como si, bruscamente, todas las estrellas se apagaran.
Y esto, ¿no es importante?”
El
6 de abril de 1943 la editorial Reynal & Hitchcock de Nueva York publicaba
la edición original de “Le Petit Prince”. Presentado tanto en inglés como en
francés, el libro no recibió entonces, sin embargo, comentarios favorables por
parte de la crítica.
Tres
años más tarde, en 1946, la editorial francesa Gallimard llevaba a cabo una
nueva publicación del libro, consiguiendo esta vez con ello una enorme acogida
y un gran éxito editorial.
“Creo
que, para su evasión, aprovechó una migración de pájaros silvestres”
“Se
encontraba en la región de los asteroides 325, 326, 327, 328, 329 y 330.
Comenzó, pues, a visitarlos para buscar una ocupación y para instruirse”
“Me
pregunto si las estrellas están encendidas a fin de que cada uno pueda
encontrar la suya algún día”
“El
Principito” ha sido traducido a cerca de 270 idiomas y dialectos y lleva más de
150 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo.
“No
era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y
ahora es único en el mundo”
Gran
parte del testimonio de la creación de “El Principito” ha sobrevivido intacta,
al regalar el propio Saint-Exupéry bosquejos del personaje principal a los
admiradores de su arte.
El
grueso del manuscrito se lo regaló en 1943 a Silvia Hamilton Reinhardt, una
amiga particular que conoció en Nueva York. En 1968, dicho manuscrito fue
adquirido por la neoyorkina Morgan Library quedando así también a disposición
de investigadores y visitantes.
En
la edición especial conmemorativa del cincuenta aniversario de “El Principito”
publicada por la Editorial Salamandra aparecían unas hermosas reproducciones de
este precioso y preciado manuscrito.
“Cuando
mires al cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré
en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas”
“No
se ve bien sino con el corazón.
Lo esencial es invisible a los ojos”
(“El
Principito”. Antoine de Saint-Exupéry)
El
Principito. Antoine de Saint-Exupéry.
Introducción
a la Edición del Cincuenta Aniversario. Charles E. Pierce Jr.
2 comentarios:
Maravilloso, maravilloso y maravilloso.
¿Verdad que sí? :)
Gracias, gracias y gracias.
Publicar un comentario