A Màxim Huerta le conocía por la televisión, como periodista, y también me acordaba de él en los informativos. Pero aún no le había descubierto en su maravillosa faceta como escritor.
Érase una vez…
Todo empezó el pasado mes de julio. La casualidad, el destino o mi inmensa fortuna quisieron que en mi timeline de Twitter apareciera su nombre referido en un tweet. Me metí en su perfil y lo siguiente fue seguirle. Y también por Instagram. Y según iba leyendo lo que Màxim iba publicando en pequeñas dosis de palabras, o de imágenes, iba creciendo en mí el interés por lo que contaba, literaria y gráficamente. Comencé después a leer sus artículos. Y me empezó a hipnotizar con sus palabras escritas y la manera de presentarlas en sus textos.
También me leía los comentarios de aquellos que ya le habían leído a él en sus, entonces, cuatro novelas publicadas, cuatro novelas que, entonces, yo desconocía por completo. Reconocí en mí una sana envidia hacia sus lectores, por lo que resolví conocerle también a través de sus novelas. Y le pregunté: “¿Por cuál de tus libros empiezo a leerte?”. “Por el último”, fue su respuesta.
Aún quedaban dos meses para la publicación de su quinta novela. Yo no quería esperar tanto, así que la última suya, la primera para mí, fue “La noche soñada”. Genial, me llamaba muchísimo este título en concreto.
Leídos los primeros capítulos de “La noche soñada”, sabía ya seguro que Màxim iba a ser uno de mis escritores favoritos, pues el momento de lectura de esta novela se había convertido en uno de los momentos más esperados de mi día a día. Y porque cada vez que cerraba el libro hasta el día siguiente me invadía una sensación de bienestar que no alcanzaba a expresar con palabras. De hecho, cuando lo terminé de leer, sólo fui capaz de dibujar un corazón… Quizás era lo más apropiado.
Mientras tanto, Màxim publicaba “No me dejes (Ne me quitte pas)” y anunciaba una gira con esta novela por diversas ciudades de España. Me propuse entonces acudir a mi ciudad para hacerme con su libro y con su firma. Y para conocerle. Acudí a la firma y según avanzaba en la fila con su libro preparado, me iba maravillando por el especial trato que les daba Màxim a sus lectores, a todos y cada uno de ellos.
Y llegó mi turno. Nerviosa al principio pero al momento feliz por charlar un ratito con él, que estuvo, como esperaba, encantador.
“¿Me firmarías también éste?”, le dije tendiéndole “Mis rincones favoritos de París”, el librito que acompañaba a mi ejemplar de “No me dejes”. “Claro... Éste también lo he escrito yo”. “Pues por eso quiero que me lo firmes”.
Cuando salí de allí con mis dos libros firmados, pensé: “Si aquí tienen sus otras tres novelas, me las llevo también”. De nuevo la suerte, la casualidad o el destino estaban de mi parte. Sí, también se vinieron conmigo sus otras tres novelas.
Terminé “La noche soñada” la tarde anterior a conseguir la firma de Màxim en “No me dejes”, por lo que pude comenzar a leer de inmediato esta quinta novela suya. Y a llenarme, de nuevo, de magia. De mucha, mucha magia.
“No me dejes” me dejó a mí absolutamente maravillada. Tras ella devoré “Mis rincones favoritos de París”, un precioso librito que estaba escrito al más puro estilo Màxim Huerta.
Más adelante, Màxim nos hablaba de la inminente publicación de un relato, escrito por él e ilustrado por Javier Jubera, llamado “El escritor”, un libro que sacaba tras “No me dejes” pero que había escrito con anterioridad. En la primera ocasión que tuve me hice con él. Y me lo leí de inmediato. Dos veces.
Ahora me estoy leyendo “Una tienda en París”, la siguiente novela suya que me toca según el orden que me dijo él.
Y después me adentraré en “El susurro de la caracola” (me chifla este título) y “Que sea la última vez…”.
Pero no, no será la última vez que me lea estos seis libros de este maravilloso escritor. Porque podría deciros que Màxim Huerta ha sido para mí un regalo de Reyes… No sería justo. Fue un regalo de primavera que desenvolví en verano, me enamoró en otoño y me está haciendo más cálido el invierno. Un regalo tremendamente especial que viajará para siempre en mi corazón. En sus cuatro estaciones.
Imágenes: Noelio
2 comentarios:
Hija mía, ¿qué voy a comentar al respecto? Efectivamente, nada que comentar, pero si una petición en firme que voy a dejar adivinar a tu aguda y ágil mente.
¿Vale que sí?
Hablamos, Alicia, me interesa el tema. Y casi que lo habría adivinado sin ponérmelo tú en el comentario... :)
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