En 1975 se asomaba a nuestra pequeña pantalla "Heidi", una serie japonesa que nacería para convertirse en todo un clásico de la animación televisiva.
Dirigida por Isao Takahata, la serie constaba de 52 episodios, y estaba producida por la cadena japonesa Zuiyo Eizo (más tarde convertida en Nippon Animation) y la cadena alemana Zweites Deutsches Fernsehen (ZDF).
"Arupusu no shôjo Haiji" (Heidi, la niña de los Alpes) fue estrenada en Japón, hace 35 años, el 6 de Enero de 1974, y estaba inspirada en el libro infantil homónimo de Johanna Spyri.
La escritora suiza Johanna Louise Heusser nació en 1827 en la aldea de Hirzel. De niña pasó varios veranos en el área cercana a Chur, en Graubünden, lugar en el que ambientaría gran parte de sus novelas.
Su primer libro fue “A leaf of Vrony’s Grave”, publicado en 1871. Al año siguiente, aparecieron más historias tanto para niños como para adultos, entre ellas, el cuento de “Heidi”, que se transformó de inmediato en un gran y duradero éxito. “Heidi” no es sólo famoso por su vívido retrato del paisaje, sino también por su comprensión de cómo los niños perciben la vida.
Este libro infantil comenzó su vida literaria poco después de 1870, mientras Europa sufría la guerra franco-prusiana. Johanna tenía entonces 43 años, y por espacio de 18 había sido la esposa de Bernard Spyri, consejero del Cantón de Zürich. “Heidi” no fue publicado hasta 1880.
Muchos de los personajes y de las escenas inolvidables de la obra eran queridos recuerdos de su propia niñez en la aldea de Hirzel. La escuela aldeana, a la cual acudió primero Johanna y luego sus hermanas y hermanos, había sido un granero en medio de un sembrado. Y la casa blanca sobre la montaña verde, que fue el lugar de su nacimiento, todavía se conserva a pocos kilómetros de la ciudad de Zürich. Desde las ventanas del piso superior se obtiene una vista de pinos oscuros junto al famoso lago de Zürich.
Originalmente Spyri creó la obra en dos volúmenes: "Heidi" (1880), y "De nuevo Heidi" (1881). Las siguientes ediciones unieron las dos novelas en un solo tomo en 1885, y es así como se conoce la historia en todo el mundo, ya que las traducciones se basaron en la novela unificada.
Unos años después, el traductor al idioma inglés Charles Tritten creó dos nuevas historias: "Heidi y Pedro" (o "Heidi crece"), relatando las vivencias de Heidi como maestra de escuela, y "Los hijos de Heidi", en la cual Heidi pasa a un segundo plano. Como la propia Johanna, Charles Tritten trató de reflejar los episodios de la vida de ella en su trazado de la adolescencia de Heidi.
Los días escolares de Heidi y sus posteriores tareas como maestra en la aldea de Dörfli, según se relatan en "Heidi y Pedro", tienen mucho que ver con la propia adolescencia de Johanna. Así, su interés por la música y su amor por los pájaros y las flores de los campos alpinos y bosques cercanos a su hogar. Lo mismo que Johanna, la Heidi jovencita alentó muy poca curiosidad por lo que había más allá de las montañas que la rodeaban.
Spyri regresó a la escuela de Hawthorn y vivió feliz en aquel perímetro en torno a Zürich. Cuatro años después de la publicación de "Heidi", su esposo falleció. Dedicó entonces su vida a causas caritativas y escribió más de cincuenta historias antes de su muerte en 1901.
Icono literario suizo, el retrato de Johanna Spyri fue impreso en una estampilla en 1951 y en una moneda conmemorativa en 2001.
Y “Heidi” se ha convertido en uno de los libros más leídos de la literatura suiza en todo el mundo.
La serie televisiva de "Heidi" contaba, además, con la música original de Takeo Watanabe. Una gran banda sonora que recogía un sinfín de mágicas melodías típicas de la zona en la que se desarrolla la serie. Y Hayao Miyazaki (responsable de maravillas como “Porco Rosso”, “La princesa Mononoke” o “El viaje de Chihiro”) fue el diseñador de escenas y organizador de las distintas capas de los dibujos. Miyazaki animó los créditos del principio de la serie, a excepción de dos escenas que corrieron a cargo de Yasuji Mori. Asignado a animar el baile final en círculo de Heidi y Pedro, Mori quiso basarse en movimiento de gente real, así que Miyazaki y el director de animación Yòichi Kotabe hicieron un baile en círculo en un parking cerca del estudio, recogiendo esto Mori con su cámara de 8 mm.
La historia de Heidi ha sido llevada en numerosas ocasiones tanto al cine como a la televisión. En la pantalla grande, son diez las adaptaciones, mayormente estadounidenses o de países de lengua alemana. Quizá una de las más recordada es la versión de 1937 protagonizada por Shirley Temple y Jean Hersholt.
También se han realizado obras teatrales y un drama musical, así como historietas basadas en el libro original.
La región de Heidiland, en el distrito de Landquart, ubicado en el cantón de los Grisones, es un popular punto turístico en Suiza que se apoya en la historia de Heidi, y en el cual los visitantes pueden recorrer los paisajes donde se ambienta la historia.
La región se sitúa en plenos Alpes, cercana a la frontera de Liechtenstein y Austria, y alberga a Maienfeld, la ciudad más cercana al lugar que habitaba Heidi. En Maienfeld se puede encontrar La Casa de Heidi, una recreación de la cabaña del abuelo.
Yo vi por primera vez esta serie a la tierna edad de diez años. Y desde entonces soy Heidifan. Por supuesto, tengo la serie completa en DVD y me la veo de vez en cuando. Me pasa como con el libro de “El Principito”. Que cada cierto tiempo me lo tengo que leer.
Y aún conservo el banderín de Heidi que me trajeron los Reyes:
O los álbumes de cromos que hice con mis hermanos:
O las barajas de cartas:
Y salieron muchas más cosas relacionadas con Heidi a raíz del éxito que tuvo en televisión:
Todo un personaje. De la literatura infantil, gracias a la imaginación de Johanna Spyri. De la historia de la animación, gracias a figuras como Hayao Miyazaki, Takeo Watanabe o Isao Takahata. Y tanto en libro como en serie, un verdadero canto a la Naturaleza y a la necesidad de preservarla por encima de todas las cosas.
Nos vamos. De la mejor manera posible. Con los títulos de crédito del final. Con Pedro y Heidi en trineo, con las cabras, con los caracoles, con Niebla, con Copo de Nieve… A meternos todos en la casa del abuelo.
Como hacíamos mi hermano y yo en "La Casa del Reloj". Y es que eran otros tiempos…