El 3 de Abril de 1860, hace ahora ya 150 años, se inauguraba en Nueva York el Pony Express, un servicio urgente de correos a caballo que intentaba mejorar las comunicaciones al Oeste del Mississippi.
El Pony Express fue una iniciativa de Russell, Majors & Waddell. Al viajar por una ruta ligeramente más corta y emplear jinetes en lugar de diligencias, sus fundadores esperaban lograr un servicio más rápido y seguro y conseguir un contrato exclusivo con el Gobierno.
Gracias a su capacidad para trotar a altas velocidades, el caballo morgan se había convertido ya en 1840 en la raza favorita para las carreras de enganche al trote. Durante la Guerra Civil americana, el caballo morgan sirvió de montura a la caballería de ambos bandos, y también fue la montura por excelencia del servicio del Pony Express, junto al caballo pinto y al mustang.
Atraídos por la oportunidad de aventuras y por una buena paga, 50 dólares al mes más cuarto y comida, un gran número de jóvenes se apuntó en este proyecto. Eran requeridos diestros jinetes que pudieran cabalgar hasta 160 km diarios, deteniéndose cada 25 poco más o menos para un rápido cambio de caballos.
En este selecto grupo se incluyeron figuras legendarias, como "Buffalo Bill" Cody y "Wild Bill" Hickok. Su lema era "El correo debe pasar" y, pese a los obstáculos, pocas veces dejaron de cumplir el agotador plazo de 240 horas para la entrega.
En 1860, la ruta más rápida era la de la línea Butterfield Stage desde St. Louis, Missouri por El Paso, Texas, que duraba 25 días.
Sin embargo, no era fácil cruzarla durante el invierno a causa de la nieve. Más tarde, la empresa Russell, Majors & Wadell proveyó al Pony Express de rutas alternativas más rápidas, como la ruta de Oregón y el camino de Santa Fe.
Las estaciones del Pony Express estaban separadas unos 16 kilómetros a lo largo de la ruta, aproximadamente la distancia máxima que un caballo puede recorrer a galope tendido. El jinete cambiaba a un caballo fresco en cada estación. La mochila se dejaba en la grupa del caballo, donde se mantenía por el peso del jinete. El caballo cargaba en total 75 kg de correo y los jinetes, que no podían pesar más de 56 kg, eran reemplazados cada 120-160 km.
Apenas un mes después de su inauguración, el Pony Express tuvo su prueba más dura cuando los indios paiutes de Nevada atacaron e incendiaron algunas estaciones y hostigaron a los jinetes. En total, destruyeron 7 estaciones, se perdieron 150 caballos y murieron 16 hombres.
Pero no fueron los indios ni el riguroso clima del invierno los que pusieron fin al Pony Express dieciocho meses después de su lanzamiento. El servicio requería más de 80 jinetes y 500 caballos, de modo que resultaba demasiado costoso. La competencia de otras empresas por conseguir el contrato con el Gobierno y los conflictos entre los nativos americanos y los colonos recortaron los ingresos de la compañía.
Aunque el Pony Express demostró que la ruta central era viable, Russell, Majors & Waddell no consiguieron el contrato para servir correo por ella. Éste fue en cambio asignado en Marzo de 1861 a Ben Holladay, quien había tomado control de la Butterfield Stage. Holladay tomó también posesión de las estaciones de Russell, Majors & Waddell para abastecer a sus carros. Desde ese mismo Marzo de 1861, el Pony Express llevaría el correo tan sólo entre Salt Lake City y Sacramento, anunciando su cierre el 24 de octubre de 1861, dos días después de llegar a Salt Lake City el envío del primer telégrafo transcontinental.
El Pony Express había ganado 90.000 dólares y perdido 200.000. En 1866, tras el fin de la Guerra Civil estadounidense, Holladay vendió los establecimientos del Pony Express junto con los restos de la Butterfield Stage a Wells Fargo por un millón y medio de dólares.
Wells Fargo usó el logotipo del Pony Express para sus coches blindados. Este logotipo se siguió empleando cuando otras compañías compraron el negocio en la década de 1990.
En 2001, el logo del Pony Express dejó de usarse para negocios de seguridad, tras la última venta de la compañía. Y en Junio de 2006, el United States Postal Service anunció que había registrado la marca "Pony Express" junto con "Air Mail".
Con todo, el Pony Express fue digno de su leyenda. Hay estatuas erigidas en su honor en Sacramento, Stateline, Reno, Salt Lake City, Casper, Julesburg, Colorado, Kansas City y St. Joseph.
En su breve periodo de operación, sus jinetes corrieron 985.000 km, equivalentes a dar 24 vueltas alrededor de la Tierra.
El Pony Express se ha convertido, por derecho propio, en una parte tan importante de la leyenda del Oeste americano como lo fueron Pat Garrett, Jesse James o el O.K. Corral.
3 comentarios:
¡¡Qué interesante, Noelio!! Muy interesante y muy bien contado.
Pero pobres caballos ¿no?, vaya caña que les metían...
Me ha gustado mucho, si señor. Pero, como ves, no tengo nada que aportar.
Besos, eso sí
Rubrico todo lo que dice Alicia.Yo también lo he visto muy interesante y pienso que fué un mal negocio, pero de lo que se trataba era de comunicar los distintos pueblos y eso era buena idea. No sé de donde sacas tanta información. Se ve que lees mucho.
A mí también me ha parecido siempre muy interesante esto del Pony Express. Y al documentarme sobre el tema, por Internet y por libros, yo misma me he enterado de un montón de cosas que desconocía.
Como bien dices, Ángeles, era una buena idea para comunicarse con los demás.
Y como bien dices, Alicia, a los caballos se les debería reconocer todo esto. Por ejemplo, con una Medalla de Honor al Mérito del Trabajo en el Oeste. Y en los demás puntos cardinales, pues también.
Besos a las dos.
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