miércoles, 25 de mayo de 2011

Mi cámara de televisión y yo

Al licenciarme en Imagen y Sonido en la Facultad de Ciencias de la Información me fue brindada la oportunidad de trabajar en televisión.

Entré como auxiliar de cámara de estudio en plató. Mis otros compañeros y yo tuvimos la gran suerte de que nos tocara como instructor de cámara un maravilloso personaje que era cámara de primera (el que lleva la cámara de la grúa y hace verdaderas maravillas con ella) y tenía la paciencia suficiente y sobrado buen humor para llevarnos a todos nosotros por el buen camino sin desesperarse demasiado él.


Desde aquí yo le doy mis infinitas gracias a este encantador personaje, y le pido de nuevo disculpas por atropellarle ligeramente un pie con las ruedas del trípode de mi cámara la primera vez que la cogí. Menos mal que esta cámara aún no era de las auténticas de estudio, sino mucho más ligera, motivo éste fundamental para  que él me perdonara ya entonces de forma inmediata.

Más adelante, este encantador personaje me enseñaría también a salpicar con un charco de lluvia a las personas más cercanas sin mojarme yo. Si es que valía para todo este señor cámara…


Todo llega y, poco a poco y a Dios gracias, me fui haciendo con mi cámara de televisión, ya una auténtica cámara de estudio de plató, llegándola a manejar incluso con gran destreza y sabiduría.

Trabajando en televisión llegas a conocer en persona a un sinfín de famosos. Y realmente me alegro de que me tocara esa época televisiva y no la de ahora, en la que sinceramente no creo que hubiera sobrevivido. Al menos mentalmente.

En un principio, me cruzaba por los pasillos que había entre los estudios y camerinos con una serie de personas que me sonaban físicamente pero no tanto como para llegar a ubicarles claramente como famosos o como nuevos compañeros de televisión.


Este planteamiento parece a priori absurdo, y a lo mejor lo es, pero era exactamente lo que me ocurría a mí en mis primeros días como cámara de estudio. Claro que yo siempre he sido muy buena fisonomista, con lo cual pronto empecé a diferenciar perfectamente a mis compañeros técnicos de los famosos de turno.

Trabajar en televisión me brindó también la oportunidad de compartir plató con personajes a los que yo llevaba viendo desde niña a través de la pequeña pantalla.


Como Marisa Abad, entrañable presentadora de toda la vida de programas tan populares como “¡Señoras y señores!”, “Gente Joven”, “300 millones”, “625 líneas”, “Bla, bla, bla” o “De película”. E igual de entrañable en persona, realmente encantadora.

O Manolo Portillo, de los primeros presentadores que conocí yo a través de ese maravilloso programa llamado “La Casa del Reloj”.


Anda que no he entrado yo veces en esa casa cuando era pequeña... Y presentador también de “Un globo, dos globos, tres globos”, qué tiempos… Pero lo que nos tocó grabar entonces con Manolo Portillo fueron unas presentaciones de programas religiosos donde él aportaba tan sólo su voz. Pero menuda voz…


También tuve el gusto de coincidir en el plató televisivo con Manuel Toharia, uno de los “hombre del tiempo” de entonces y presentador también de “Alcores”, “Última frontera” o “Viva la ciencia”. Otro encantador personaje televisivo con el que charlábamos cordialmente entre grabación y grabación…

Y con un tercer Manuel de apellido Zarzo. Uno de mis actores españoles favoritos de siempre, al que tuve el honor de conocer en persona en un casting que se realizó para una serie.


Y qué decir de este actor, pues que al natural es igual de humilde, entrañable y auténtico como a través de sus películas y series. Todo un señor.

También tuve la oportunidad de trabajar con los mismísimos Faemino y Cansado, a través de la grabación de su programa “Siempre perdiendo”.


Yo me lo pasé pipa durante la grabación porque ellos dos, en persona, son como en la tele. Geniales.

Asimismo, llegué a conocer también a otros personajes de la pequeña pantalla que empezaban entonces a ser populares.


El Duende del Globo” estaba muy bien interpretado por Marisa Tejada, su creadora, que ya lo había encarnado en diversos espacios teatrales. Marisa, como su personaje, también tenía duende.

Y con el actor Gustavo Salmerón llegamos a grabar dos programas: “Visto y no visto” y “Dibuja 2”. A mí me correspondía siempre seguir con mi cámara a Gustavo en plano corto, tarea bastante difícil al no estarse él quieto ni un solo minuto. Pero el que se quejaba continuamente era el cámara que le llevaba en plano general…


Con Gustavo congeniamos de tal manera en las grabaciones que comíamos siempre juntos cuando tocaba su programa en nuestro estudio. El año pasado, curiosamente, me reencontré con él en una fiesta que dio el Canal Plus con motivo de los Premios Oscar. Y aunque habían pasado muchos años, Gustavo se acordaba de mí y todo…

También coincidí en el plató de televisión con Miriam Díaz Aroca y su “Cajón de sastre”, con Paloma Serrano y su “Rockopop”… Y grabé “Jazz entre amigos”, “Con las manos en la masa”, “Tendido cero”, “Cada mañana”, “Hola, Rafaella”, “A través del espejo”… Y “Últimas preguntas”, “Testimonio”, “Tiempo de creer”, “El Día del Señor”… Sí, sí, todos los programas religiosos.

Yo estaba también en la grabación de un programa en el que Leticia Sabater tenía que cantar junto a Enrique Pérez Simón. Ella cantaba tan mal que le cerraron el micrófono sin que se enterara. O cuando le apagaron el monitor del plató a Rosa León porque le ponía pegas a todo lo que salía en imagen (que era ella). Y cuando me  saludó María Teresa Campos y yo le devolví el saludo aún sin reconocerla porque iba sin maquillar.


Y también estuve en las Olimpiadas de Barcelona'92. Me tocó en el grupo que cubría el Waterpolo, y pude sentir la emoción en las gradas cuando metía gol nuestro equipo porque se movía el suelo debajo de mis pies. Y mi cámara también se movía. En mi tiempo libre, además, me vi por quinta vez en el cine “El silencio de los corderos”.

Y eso es todo, amigos. Bueno no. Me voy a despedir a lo grande.

Uno de los normales días de trabajo, el coordinador de otro estudio fue al nuestro a buscar a un cámara que estuviera en ese momento libre para sustituir durante un rato a otro de su estudio que se iba a retrasar. Me tocó ir a mí. El programa que ahí estaban grabando era “El precio justo” y  el presentador, Joaquín Prat.


En una de las pausas de grabación, apareció el cámara al que yo había sustituido, con lo que yo me podía ya ir tranquilamente. Cuál fue mi sorpresa cuando, al irme, oí la voz de Joaquín Prat que le pedía al público un aplauso para mí… Y así salí de ese plató.

Si es que no se puede ser más popular que el mejor presentador televisivo de la historia…

sábado, 7 de mayo de 2011

RABINDRANATH TAGORE

En la soberanía del razonamiento, del razonamiento sin miedo y en libertad, es donde podemos encontrar su voz más perdurable”
(Amartya Sen, filósofo y economista bengalí)


“Dejadme pensar que, entre esas estrellas, hay una que guía mi vida a través de las tinieblas”


Nacido el 7 de Mayo de 1861 en el seno de una familia rica e instruída de Calcuta, Rabindranath Tagore fue el menor de catorce hermanos.

Es el maestro más que el pupilo quien tiene que evitar comportarse de manera incorrecta

En “Mis recuerdos” nos cuenta su iniciación a la música y a la poesía, a los misterios de la naturaleza y del entorno en el que creció. En 1878 fue enviado a Gran Bretaña, donde estudió literatura y música.


“La poesía es el eco de la melodía del Universo en el corazón de los humanos”

Tagore fue autor de cuentos, relatos cortos, ensayos, libros de viaje, teatro y especialmente de poemas, por los que es más conocido, y a los que frecuentemente puso música. Escribía en bengalí, traduciéndolo él mismo al inglés.

“Cartas de un viajero”, “Los cantos del crepúsculo”, “La feria de la reina recién casada”, “Cantos de la aurora”, “El libro de los cumpleaños”…


Lo falso nunca podrá adquirir veracidad adquiriendo poder

A favor de la independencia de su pueblo sin infravalorar la cultura inglesa, Tagore amaba a Shakespeare, a los poetas románticos y el liberalismo inglés.

Ya no hay en mí lucha entre hindúes, mahometanos y cristianos. Hoy toda casta de la India es mi casta y la comida de todos es mi comida

Los ensayos escritos por Tagore están regidos por la idea de la unidad en la diversidad, tratando de favorecer esta diversidad en su propio mundo bengalí, en el que confluyen las culturas hindú, mahometana y británica.

“Kacha y Devayani”, “El cartero del rey”, “Ciclo de la primavera”, “Gora”, “La casa y el mundo”…


En 1901 fundó una escuela en Santiniketan (Hogar de la Paz), en la que estructuró un sistema pedagógico que defendía la libertad intelectual del ser humano.

Si cierras tu puerta a los errores, la verdad también se quedará fuera

A partir de 1912 recibió numerosas invitaciones para pronunciar conferencias en Europa, EEUU y algunos países asiáticos, labor que le sirvió para acrecentar su prestigio.


"Mi fe no la pongo en institución alguna, sino en los hombres que piensan con claridad, sienten con nobleza y actúan rectamente, sean de donde sean; porque esos hombres son como canales por los que circula y se transmite la verdad moral de que todos necesitamos"

Se dedicó también casi por completo a la administración de su centro de estudios, que a fines de 1921 se convirtió en universidad internacional con el nombre de Visva Bharati, y fue declarado universidad estatal en 1951.

"Convertid un árbol en leña y podrá arder para vosotros, pero ya no producirá flores ni frutos"

En todos sus viajes, insistió en su mensaje de Paz, subrayando la importancia de la cooperación intelectual entre las naciones.


"Hay que recordar que ninguna nación puede enorgullecerse de vivir aislada y sumida en su propia cultura"



Tagore renovó la poesía y la prosa bengalíes. Fue pacifista y buscó la simplicidad y la moderación y quiso favorecer la dignidad en las relaciones humanas.

"El dolor de mi corazón se acalla en la paz, como la tarde entre los árboles silenciosos"

Muchas opiniones de Tagore sobre nacionalismo, educación y diálogo entre culturas tienen aún validez intelectual, y algunas de sus ideas han atraído e influido a pensadores contemporáneos tanto en India como en otros países.

"El hombre levanta barricadas contra sí mismo"


Lo mejor nunca viene solo, llega en compañía del todo"

Al extender su visión de la civilización más allá del mero particularismo, otorgó un valor supremo a la idea de un mundo integral. Un mundo integral que era como una familia en la que sus miembros, las distintas naciones, contribuyen, cada uno con su parte, al bienestar de todos.

Cuanto mayor es nuestra humildad, más cerca estamos de la grandeza

“La luna nueva”, “El jardinero”, “La fugitiva”, “Sadhana”, “La religión del hombre”…


Tagore pasó los últimos años de su vida en su querido Santiniketan. Tenía varias casas pequeñas entre las que elegir, todas construídas para él, ya que nunca le gustó permanecer en la misma casa ni siquiera en la misma habitación por largo tiempo, actitud simbólica que caracterizaría su vida entera.

“La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido”

Compuso también numerosas canciones que actualmente forman parte de la cultura popular india, y siendo ya un anciano desarrolló su faceta de pintor.

"No dejo rastro de alas en el aire, pero me alegro de haber volado”

A pesar de tener problemas de salud, durante estos años escribió varias de sus obras más importantes, originales y fuertes, sin dejar de escribir textos escolares y canciones infantiles. Premio Nobel de Literatura en 1913, fallecía el 7 de Agosto de 1941 en Santiniketan (Bengala Occidental).



  “Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando”

(RABINDRANATH TAGORE)