viernes, 11 de junio de 2010

Chris Haney, una firme apuesta por la cultura

Uno de los tipos más leidos y cultos que he conocido
y un voraz lector de periódicos
(Scott Abbott)


El pasado 31 de Mayo, a los 59 años de edad, nos dejaba Chris Haney, creador junto a Scott Abbott del Trivial Pursuit, uno de los más exitosos juegos de mesa de toda la historia.


Nacido el 9 de Agosto de 1950 en Ontario (Canadá), Haney trabajaba para el periódico Montreal Gazette en el momento en que concibió la idea de este juego junto a su amigo Abbott, periodista deportivo.

En Diciembre de 1979, ambos trazaron lo que serían las reglas del nuevo juego, con sus premios en forma de quesito y las categorías y temáticas de las preguntas.


El nuevo juego de mesa fue lanzado comercialmente en 1981, poniéndose a la venta los primeros 1.100 juegos del Trivial Pursuit. En 1984 se vendieron 20 millones de copias.

El mayor fenómeno en la historia de los juegos
(Revista Time)

Desde que salieron al mercado, se han vendido ya 100 millones de unidades en 33 países y 19 lenguas y han ido apareciendo múltiples versiones temáticas.


En el 2008, la multinacional estadounidense Hasbro compró Trivial Pursuit a Horn-Abbot, la compañía de los dos creadores, por 80 millones de dólares.

"Una mente brillante, un autodidacta muy leal e ingenioso que quería vivir la vida al máximo. Era un tipo al que no le gustaba trabajar de nueve a cinco. Creía que la mejor educación eran los viajes

(John Mahoney, fotógrafo del Montreal Gazette)

2 comentarios:

Alicia dijo...

lo que me he reído yo con el Trivial... Y de mí misma, además.
Está muy bien que haya cerebritos como estos. Bueno, y muy mal que se mueran,supongo.

Noelio dijo...

Yo también he disfrutado con este juego. Muy bien hecho, por cierto, y con el que también se aprenden muchas cosas.
Y no veas tú con el Trivial Disney, que lo tengo desde hace años. Ahí te das realmente cuenta de si les has prestado o no la debida atención a las historias y, sobre todo, al nombre de los personajes.
Pues sí, Alicia, es una pena que desaparezcan cerebritos como Haney.