domingo, 11 de julio de 2010

Matar a un ruiseñor

Los ruiseñores no hacen otra cosa que música para nuestro disfrute. No se comen las cosechas, no anidan en nuestros graneros, no hacen otra cosa que cantar con el corazón para nosotros. Por eso es un pecado matar a un ruiseñor


El 11 de Julio de 1960, la editorial J. B. Lippincott and Company publicaba “Matar a un ruiseñor”, novela que, convertida rápidamente en un best seller (vendió en su lanzamiento 30 millones de copias), otorgó al año siguiente el Premio Pulitzer a su autora, Harper Lee.

Mary Badham (Scout) y Harper Lee

Esta obra vio ampliada su popularidad en 1962 con su impecable salto a la gran pantalla. “Una de las mejores adaptaciones de un libro jamás hecha”, en palabras de la propia Harper Lee, quien puso como condición principal para su adaptación al cine que fuera el actor Gregory Peck, y no otro, el que diera vida a Atticus Finch.


Lee y Peck entablaron entonces una estrecha amistad que perduraría en el tiempo hasta la muerte del actor.


Nelle Harper Lee nació el 28 Abril de 1926 en Monroeville (Alabama). Tras estudiar en la Universidad de Alabama y pasar un año como estudiante de intercambio en la Universidad de Oxford, Harper trabajó durante la década de los 50 como empleada de reserva de vuelos con Eastern Air Lines y British Airways.


En 1959, Harper acompañó a Holcombe, Kansas, como asistente de investigación para el hoy clásico “A sangre fría”, a Truman Capote, autor de esta famosa novela y amigo de la infancia de la escritora.

Decidida a dedicarse a la literatura, a los 34 años publicó Lee su primera y única novela, “Matar a un ruiseñor”. El relato se nos ofrece a través de los ojos de Jean Louis Finch, familiarmente llamada Scout, que siendo ya una mujer adulta recuerda una época de su infancia en la que su padre, abogado de profesión, defendió a un hombre negro acusado falsamente de violación.


Varios de los personajes de la novela estaban inspirados en la vida real de Harper Lee. Su padre, en el que está basado el personaje de Atticus Finch, era abogado en Monroeville y ex editor de un periódico.

Finch era el apellido de soltera de la madre de Lee, y el personaje de Dill, amigo de los hijos de Atticus, estaba basado en los recuerdos de infancia que Lee tenía de Capote. Incluso el juicio que tiene lugar en la novela tenía similitudes con el famoso juicio “Scottboro”, donde el cargo era violación, el acusado un hombre afro-americano y la acusadora una mujer blanca.

A pesar del tremendo éxito obtenido, o tal vez abrumada precisamente por ello, Harper huyó deliberadamente de la fama.


Hizo, sin embargo, una excepcional aparición, invitada por Verónica Peck, viuda del actor, para ser honrada por la Biblioteca Pública de Los Ángeles en una cena benéfica para recaudar fondos para computadoras y programas de alfabetización. El premio le fue entregado por Brock Peters, quien interpretó en la película al hombre negro acusado injustamente.

Y el 6 de Noviembre de 2007, por sus servicios a la literatura, se le impuso a la escritora la Medalla Presidencial de la Libertad. Lee aceptó ir a la Casa Blanca con la única condición de no tener que responder a preguntas ni tener que pronunciar discurso alguno.

Notable novela que sigue las mejores tradiciones de los autores norteamericanos que han escrito sobre América del Sur – Mark Twain, William Faulkner, Caldwell Erskine y muchos otros – que permanecerá para siempre como un tesoro en la literatura americana progresista
(Nadiya Matuzova, Ilustrated English Edition, 1977)


Traducida a cincuenta lenguas y con más de cuarenta millones de ejemplares vendidos por todo el mundo, la historia de “Matar a un ruiseñor” se centra en la falsa acusación criminal contra un hombre negro y en las relaciones entre Atticus, el abogado que lo defenderá, y su hija Scout. Con el paso de los años, que aumentaba la cifra de sus ventas, el libro pasó a ser una especie de novela nacional.

El impacto cultural y social de esta obra sobre el país americano revive generación tras generación, con un millón de ventas por año. Su éxito tal vez se deba a la inocente e inteligente mirada de Scout. O al momento en que fue escrita, con el surgimiento del movimiento de los derechos civiles.

Creo que se trata realmente de una historia sobre
la universalidad de los valores humanos
(Melinda Byrd-Murphy, directora del Centro
para las Artes Literarias de Alabama)


Para muchos, y como Lee confesó en una excepcional entrevista, su vida se identifica con uno de los personajes que intrigan a la niña protagonista de la novela, Boo Radley, que pasa años a la sombra sin salir de su casa, simplemente “porque no quiere salir”, concluye la niña, que siente hacerse mayor al darse cuenta.


La escritora vivió tranquilamente junto a su hermana Alice en Monroeville, el mismo pueblo que la vio nacer, que se llama a sí mismo “la capital literaria de Alabama”, rechazando cualquier tipo de entrevista relacionada con su famoso libro.

Por el 50 aniversario de su novela, un periódico británico intentó arrancar unas declaraciones a la escritora. Ella utilizó como excusa que era la hora de dar de comer a los patos. Y no el momento para hablar sobre lo que ella consideraba una simple historia.

6 comentarios:

Alicia dijo...

Pues yo no puedo comentar, que tengo que echar a unas cucarachas.
...Que noooo, que sí que puedo comentaaar.. Que primero leí el libro y luego ví la peli y que ambos son maravillosísimos.
Y vaya vidorra: un sólo libro y ¡¡a vivir!! Algo así quiero que me pase a mí.
Cantos ruiseñoneros de despedida

Noelio dijo...

Pues yo, Alicia, sí que me estoy planteando el escribir una historia de éxito seguro y vivir ya toda mi vida de ella. Aunque no hagan luego película o serie.
Porque ya estoy en la edad "medio madura" para ello, según las estadísticas que he visto por ahí. Si me sale bien, te donaré unas migajas económicas.
En cuanto al libro y la peli que nos ocupan, de acuerdo contigo en que son dos joyas muy valiosas.
Yo también me despido con el ruiseñor. Y con Atticus.

DEMOÑÍN dijo...

Dar de comer a los patos me parece un acto realmente memorable, pero no debiera ser una excusa para no atender a un periodista seguramente morboso y palizas, que sabía perfectamente que la mujer no concedia entrevistas: Con un "váyase a hacer gárgaras con ácido sulfúrico", valia. ¡Pobres patos!, que casi se quedan sin comer por culpa de un plasta de periodista.

M. de Tejón dijo...

El libro no lo he leido, pero la película está muy bien dirigida e interpretada; todos los personajes son totalmente creibles, incluso los niños hacen muy bien de niños siendo realmente niños. Siento por el que le toque, pero el cine clásico americano sigue teniendo el listón muy alto. Saludos a Noelillo.

David Cotos dijo...

La película, basada en el libro, es una joya del cine.

Noelio dijo...

Sí, David C., una joya del cine basada en un libro maravilloso.