Este año se conmemora el 120 aniversario de la Torre Eiffel, diseñada por el eminente ingeniero francés Gustave Eiffel. Estructura erigida en París, cerca del río Sena, permanece hoy como un hito de la construcción monumental en hierro forjado.
Como cada siete años desde su inauguración, la Torre Eiffel recibe este año una nueva capa de pintura color bronce. Este proceso requiere casi un año de trabajo a 25 pintores. También un total de sesenta toneladas de pintura, 50 kilómetros de cordaje de seguridad, dos hectáreas de redes de protección, 1.500 brochas, 5.000 discos de abrasión y 1.500 trajes especiales. Además del color que luce hoy en día, durante estos 120 años la Torre ha sido también pintada en rojo veneciano e incluso en colores amarillentos o anaranjados. En los primeros años, el propio Eiffel decidió que, para darle esbeltez, la base se debía pintar en un tono más oscuro que la cúspide, lo que no es el caso actual, pues muestra un tono similar al del bronce y es uniforme.
Alexandre Gustave Eiffel nació en 1832, en el seno de una familia de artesanos parisinos y mercaderes de madera y carbón. La familia, de origen alemán, cambió su apellido (Bonickhausen) por el de Eiffel a principios del siglo XVIII. Gustave salió en 1855 de la Escuela Central de las Artes y Manufacturas. Y en 1864 se instaló por su cuenta como empresario especializado en las estructuras metálicas.
Otros ilustres trabajos de Gustave Eiffel, repartidos por el mundo entero, son el puente de Triana en Sevilla, el puente sobre el Duero en Oporto, el viaducto del Garabit sobre el río Truyère, en Saint-Flour (durante un tiempo el puente más alto del mundo), la estación de Pest en Hungría, la cúpula del Observatorio de Niza y la ingeniosa estructura metálica de la Estatua de la Libertad. Así como varias obras en Sudamérica.
Eiffel dedicó los treinta últimos años de su vida a una fértil carrera de científico estudiando el Túnel aerodinámico. Se empleó también a fondo en encontrar una utilidad a la Torre Eiffel: experiencias sobre la resistencia del aire, estación de observación de meteorología y, sobre todo, antena gigante para la radio naciente. Eiffel murió en 1923, a la edad de 91 años.
Los primeros estudios sobre la ejecución de una torre para la Exposición Universal de París empezaron en 1884, y los trabajos de construcción tuvieron lugar entre 1887 y 1889. La Torre Eiffel fue construída en conmemoración del centenario de la Revolución Francesa. Su diseño resultó elegido entre otras 700 propuestas, debido en parte a la reputación que ya tenía Eiffel como autoridad europea en aerodinámica y en el efecto del viento en altas estructuras de acero. Su visión respecto a la Torre Eiffel fue certera y muchos de los arquitectos de la segunda mitad del siglo XX siguieron sus principios para la construcción de rascacielos con estructuras de acero. Eiffel fue asistido en la construcción de la Torre por los ingenieros Maurice Koechlin y Emile Nouguier y por el arquitecto Stephen Sauvestre. La Torre se salvó de ser destruída después de la Exposición Universal de 1900 al instalar la Armada Francesa una antena de radio en su punto más alto.
Un total de cincuenta ingenieros y diseñadores, trabajando bajo las órdenes de Gustave Eiffel, hicieron los 5.300 planos a partir de los cuales 100 herreros produjeron las piezas individuales, ensambladas en sitio por 121 hombres. Está hecha de 18.038 piezas, unidas por unos dos millones y medio de remaches. Pesa actualmente unas 10.000 toneladas. Originalmente eran 7.000, antes de que se añadieran la cafetería y otras instalaciones en las plantas intermedias. Está iluminada por 352 proyectores y en su cumbre hay cuatro reflectores giratorios de xénon. Desde el suelo hasta la punta del asta de la bandera, la Torre Eiffel mide 324 metros. Fue la edificación más alta del mundo hasta la construcción del Edificio Chrysler, en Nueva York, en 1930.
La Torre Eiffel fue inaugurada el 31 de Marzo de 1889, día en el que el propio Eiffel subió los 1.710 escalones existentes desde la base hasta el tercer piso de la torre y enarboló la bandera francesa (“La bandera francesa es la única con un asta de más de 300 metros”). La obra fue saludada con 21 salvas de cañón. Fue abierta al público el 15 de Mayo de ese mismo año.
Durante estos 120 años también han ido apareciendo una serie de curiosidades y anécdotas alrededor de la Torre Eiffel que han reforzado aún más su interesante historia.
Eiffel presentó su proyecto a otras ciudades antes que a París, ciudades en las que fue rechazado. Una de ellas fue Barcelona. Antes de ser construída, muchos ya consideraban la Torre como un bárbaro proyecto. Y cuando comenzó su construcción, el compositor Charles Gounod, el escritor Guy de Maupassant, el pintor William Bouguereau y el arquitecto Charles Garnier criticaron fuertemente la obra. Acusaban al proyecto de ser una chimenea negra que opacaría el arte de la ciudad, una montaña de frío metal. Incluso llegaron a firmar un petitorio de protesta. Se cuenta que Guy de Maupassant, uno de los más acérrimos detractores de la Torre, comía todos los días en su restaurante porque “es el único sitio de París desde donde no se ve la Torre”. En 1925, Victor Lustig vendió la Torre Eiffel a un empresario metalúrgico. Luego, se fugó a Austria. Posteriormente, Lustig llevaría a cabo numerosas estafas, entre otros, al mismísimo Al Capone. Lustig acabaría sus días en la prisión californiana de Alcatraz.
Durante la ocupación nazi de París (1940-44), la Torre se utilizó para la difusión de la televisión alemana. Prácticamente nada más llegar a París, unos soldados alemanes subieron una esvástica y la pusieron en la cima de la Torre. Por culpa de su excesivo tamaño, el viento se la llevó al poco tiempo, siendo sustituida por una más pequeña. Poco antes de la toma de París por los nazis, alguien cortó los cables de los ascensores, de manera que si Hitler quería subir al punto más alto de la Torre tuviera que hacerlo andando. No fue posible encontrar un recambio para dichos cables debido a la guerra y Hitler no intentó subir en las escasas seis horas que pasó en París. En Agosto de 1944, poco antes de la liberación de París, Hitler ordenó a su gobernador militar Dietrich von Choltitz (alemán, pero con antepasados franceses) demoler la Torre, así como arrasar el resto de la ciudad. Choltitz desobedeció a Hitler.
La Torre Eiffel ha funcionado siempre como un regio cartel. Entre los años 20 y 30, la Torre lucía un enorme anuncio luminoso de Citroen en cada una de sus cuatro caras. Fue el anuncio luminoso más grande de su tiempo. Durante la ocupación alemana, cargó con insignias y carteles que celebraban la victoria del invasor. Y en 1979, Greenpeace colgó en ella carteles en pos de salvar a las ballenas.
El monumento francés atrajo a algunas personalidades conocidas, así como a amigos del propio Eiffel, como su colega estadounidense Thomas Edison. También ha sido el centro de atención de numerosos cantantes. El 25 de Septiembre de 1962, el productor Darryl F. Zanuck, para el lanzamiento de la película “El día más largo”, organizó un espectáculo musical de grandes dimensiones en París. En esta ocasión, Édith Piaf, acompañada por 1.500 cohetes de fuegos artificiales, cantó desde el primer piso de la torre delante de 25.000 parisinos. En 1966, para el lanzamiento de la campaña mundial contra el hambre, Charles Aznavour y George Brassens cantaron también allí. Y el 14 de Julio de 1995 fue el turno de Jean-Michel Jarre para dar un concierto a los pies de la Torre Eiffel con motivo de la celebración del 50 aniversario de la UNESCO, ante más de un millón de espectadores.
Cerca del extremo de la Torre se conservan unas habitaciones en las que vivió el propio Gustave Eiffel. Y, repartidas por todo el mundo, existen al menos 17 reproducciones de la Torre Eiffel. La más grande mide 165 metros y está en Las Vegas. La más pequeña mide 3 metros y está en París, Michigan.
Y es que, con dos millones de visitantes en el primer año y casi seis millones anuales, la Dama de Hierro ya ha dado la bienvenida a más de doscientos millones de personas.
“¿Debe asumirse que, a causa que somos ingenieros, la belleza no nos importa, y que mientras hacemos nuestras construcciones fuertes y durables, no procuramos también hacerlas elegantes? ¿No es acaso cierto que las genuinas condiciones de la fortaleza siempre cumplen las secretas condiciones de la armonía?”
(Gustave Eiffel)
3 comentarios:
Anda que no aprendo contigo... Pues a mí me gustaría que, ya que la lían cada 7 años, la pintasen cada vez de un color o forma diferente. A ver con quién habría que hablar, que seguro que también lo sabes..
Otra enhorabuena por este post.
No, Empiezalaley, mejor no hablar con nadie de eso. No hay que dar esas ideas. Que la Torre Eiffel de naranja o rosa, o verde fosforito, no quedaría bien. Y lo de cambiarle la forma también confundiría a los turistas. No sabrían que están en París.
Celebro que hayas aprendido en este post. El saber no ocupa lugar... Y es tremendamente útil.
Salut et merci beaucoup!
No tengo nada que añadir, Si acaso añadiría una "i", pero no sé dónde ponerla.
Sólo puedo decir que dos veces he subido a la torre, cada una de ellas con una mujer distinta, y que en ambas ocasiones ellas subieron en ascensot y yo andando, como un gilipichis. Pero mola, porque en los descansillos de la escalera hay paneles con historias curiosas de la torre, como las que tú has contado.
Y que Gila la llamaba "La torre Infiel".
Au revoir.
Publicar un comentario