“De niños, cuando nos acostábamos mis hermanos y yo,
hablábamos de los teatros donde actuaríamos, de cómo nos aplaudirían, y todo lo
que soñábamos se hizo realidad. Incluso diría que más de lo que pude soñar...
De Emilín queda todo, porque el niño que somos nos acompaña toda la vida”
Emilín, Emilio Aragón Bermúdez, nos dejaba muy tristemente el
pasado Domingo. Y el pasado Domingo, Miliki, volvía a acompañarnos tu entrañable
acordeón y por nuestro corazón infantil desfilaban de nuevo Don Pepito (y Don José), la
gallina Turuleca, el pato cantor, Ramón, Manuela, mi familia, la escoba de Pepe (y su tía Doña Blasa), el sombrero de Fofó, el ratón de Susanita...
Y nos picaba la nariz. Y nos acordábamos de los días de la
semana, de la marcha de las letras, de la navidad con paz, de mi burrito en
vacaciones, del auto nuevo, de los tres pelos de mi barba, de los animales sin
sombrero, de una sonrisa y de una flor, del chinito de amor, de la mami de mis
amores, de un barquito de cáscara de nuez...
Y de un circo, el circo de los payasos de la tele. Rojo, amarillo y... ¡¡verde!!
Y se nos luengaba la traba a todos los ciruelos. Y celebrábamos el feliz día de
nuestros amiguitos porque ¿cómo estábamos? ¡¡¡ BIEEEEN !!!
Sí, el pasado Domingo nos ocurría exactamente lo mismo que cuando
se nos fue Fofó, allá por 1976 o, más recientemente, en 1995, al irse de
nuestro lado Gaby.
Había una vez un circo...
“Debuté en Barcelona con mis hermanos al final de la guerra,
en el 39. Me hicieron una peluca y ropa de trabajo y me dieron
una propinilla, no recuerdo exactamente de cuánto, pero sí que me hizo
realmente feliz”
Naciste en Carmona (Sevilla) en 1929 y una década después debutabas
en el Circo Price junto a tus hermanos Gabriel y Alfonso forrmando el trío
Gaby, Fofó y Emilín, aunque pronto cambiaste este nombre por el de Miliki.
Seguíais la tradición familiar de vuestro padre Emiilio
Aragón Foureaux (Emig) y vuestros tíos, José María y Teodoro (Pompoff y Thedy).
“Una huella imborrable, fueron mis maestros. Eran un trío,
“Pompoff”, “Thedy” y, mi padre, “Emig”. Durante la guerra se separaron y
quedaron “Pompoff”, “Thedy” e hijos. Nos enseñaron todo a mis hermanos y a mí.
Siempre hablábamos de la profesión durante las comidas...”
Durante la posguerra, los tres hermanos emigrasteis a
América, donde permanecisteis durante 27 largos años. E incluso llegasteis a
actuar junto al mítico Buster Keaton...
“Fueron seis meses inolvidables. Hicimos con él toda una
temporada de convenciones en EEUU. Organizábamos barbacoas en la puerta de
nuestro hotel... Nos hicimos grandes amigos. Tengo una anécdota muy bonita; un
día, en lugar de una barbacoa, nos quiso invitar, junto con su mujer, a cenar
unos pollos asados... ¡Nos lo sirvió en una vajilla de juguete de niña!”
En Cuba disteis vuestros primeros pasos en la televisión y
luego recorristeis Argentina, México, Puerto Rico, Venezuela y Estados Unidos.
Y en 1970 triunfasteis en la televisión argentina.
“Afortunadamente, yo nací y viví la gran época del
espectáculo del circo, cuando el circo tenía la misma categoría que la ópera y he disfrutado como no te puedes
imaginar con el circo en Alemania, en Italia, en Rusia, en América...
Fantástico”
En 1972 regresabais a España y un año más tarde os asomabais
a nuestros televisores en “El gran circo de TVE”, primero en blanco y negro,
después en color, consiguiendo pronto ser tremendamente populares como Gaby,
Fofó, Miliki y Fofito, un entrañable grupo de payasos al que en 1977 se
incorporaba también Milikito.
... Y siempre muy bien acompañados por un inolvidable Fernando
Chinarro, quien estuvo con vosotros desde vuestro debut televisivo aquí en
España hasta 1981.
Cambia papá, Pepe trae la escoba, El sombrero de Fofó, Una
sonrisa y una flor, Don Pepito, Mi familia, La gallina Turuleca, Mi barba tiene
tres pelos...
... Feliz, feliz en tu día, Los días de la semana, Barquito
de cáscara de nuez, Llega la navidad, El auto nuevo, Mami de mis amores...
... Qué bueno papá, Porompompón Manuela, Susanita, Cómo me
pica la nariz, Con mi burrito de vacaciones, El pato cantor...
Entrañables canciones para vuestros niños de 30 años, y de
40, y de 50...
“Lo hermoso es oírselas cantar a los niños de cinco, seis y
siete años hoy en día porque sus madres y sus abuelas se las cantan... La gente
ha escrito a veces canciones infantiles por una circunstancia especial, cuando
a un compositor de canciones adultas se le ocurría algo infantil, pero no ha
habido tanta gente que haya tenido la
dedicación que tuvimos nosotros para componer canciones para niños”
Había una vez un circo... Y había una vez unos maravillosos payasos
que se asomaron a nuestra pequeña pantalla para quedarse ya en nuestros
corazones. Por siempre jamás.
“Alguien dijo que cada vez que se cumple un sueño, en el
cielo se enciende una estrella. En mi caso, algunos a mi lado han logrado que
todo el firmamento se ilumine”
(Emilio Aragón, “Miliki”)
2 comentarios:
Precioso homenaje. Y merecidísimo. Es parte de nuestra infancia, como la mesa camilla donde hacíamos las copias y las migas de pan con mantequilla.
Y ya están los tres juntos otra vez, seguro que la están liando de nuevo.
Un nostálgico beso
Gracias, Alicia. Y eso mismo pensé yo, ya tienen ahí arriba reparto para más de una aventura.
Ay, esa mesa camilla... Otro beso de ésos para ti.
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